Una Aventura en la Isla Prometida
Don
Quijote llega al final del día a Plaza Grande en frente del Palacio Real de
Quito, entra en una venta en la parte de abajo del palacio que confunde con un
castillo, el ventero impone cierto respecto y le ofrece comida y posada , todos
confirman que él se encuentra en un castillo. Mientras está comiendo, llega su
fiel escudero Sancho buscándolo. Se sienta
en su mesa y empiezan a conversar y charlar,
habla que encontró unos cabreros que le contaron buenas historias de una isla
llamada Galápagos.
Don
Quijote escuchó a Sancho contar de las Islas
Galápagos, se quedó tan encantado que resuelve conocerlas. Se despiertan
temprano y con todas sus pertenencias parten
rumbo a las Islas Galápagos en busca de aventuras sin contárselo a
nadie.
Después de un largo viajen llegan a su destino y
encantados con la paisaje hermosa y el color y la claridad de las aguas,
empiezan a buscar un abrigo para descansar. Sancho sueña con su prometido
gobierno.
Al
amanecer Don Quijote y Sancho se vuelven locos al saber que las Galápagos son
un crisol de las especies marinas y que la su formación volcánica y la
actividad sísmica reflejan los procesos de formación de las islas lo que,
además del aislamiento extremo de las mismas, ha permitido el desarrollo de una
vida animal inusual, como la de la Iguana de Tierra, las Tortugas Gigantes y
los diversos tipos de pájaros pinzón. Con todas estas informaciones Don Quijote
mira Sancho y lo habla: “La verdad es
que tampoco importa mucho constatar ahora la exactitud de todas esas
evocaciones”. ¡Viva la aventura!
Siguen
con la exploración hasta llegar a una bahía
muy larga cuando Don Quijote ve dos colonias de lobos marinos, fragatas
y piqueros de patas azules, los confunde con dos ejércitos y por más que Sancho
le advierte el caballero se pone de parte de uno de los ejércitos y arremete
contra el otro. Entretanto llegan los pescadores y apelan a don Quijote por
defender los animales.
Don
Quijote acaba muy malparado y Sancho lo ayuda a volver a hospedería donde
recebe los primeros auxilios por la mujer del dono, que no tarda mucho
comprobar la locura del caballero.
Pasados
algunos días ellos parten nuevamente para más una aventura, esta vez para
libertar todos los prisioneros de la Colonia Penal en la Isla. Descubren que
los prisioneros son obligados a construir un muro con bloques de lava volcánica
que es llamado “El muro de las
lágrimas”, la gran pared se derrumba repetidamente y obligaban a los presos a
volver a levantar para pasar el tiempo. Decían: “Un lugar donde los debéis
mueren y los fuertes lloran”.
Al
llegar cerca del muro Don Quijote lo confunde con un gigante, su escudero
Sancho le avisa que no es un gigante y si un muro. Mismo así empieza su batalla contra el muro. Más una vez
Don Quijote sale muy malparado.
Continúan
la marcha por las playas de la Isla Isabela y encontrón una tortuga gigante
y se quedan a observarla por su tamaño,
diseño y casco, apellidan de “El solitario George”.
Con
desgaste físico de los dos, vuelven a la hostelería para descansar, curar las
heridas y desfrutar de una buena comida.
Por la noche Don Quijote se pone a observar el
cielo y Sancho empieza a llorar y recuerda que su gobierno en las Islas
Galápagos es una burla. Don Quijote impone silencio a Sancho para hablar: “Sin brazos y sin piernas mi cuerpo
parecerá un cohete y vosotros seréis las estrellas”. Convence a Sancho que la aventura
continua y que mañana vuelven a buscarla en un nuevo Continente.